Recientemente, mientras impartíamos las clases, ante la pregunta ¿Cuántos tipos de conductas emiten los organismos? una estudiante levantó su mano pidiendo responder y nos sorprendió con su respuesta al contestar: "tres tipos de conductas".
Naturalmente que la mayoría de los compañeros rieron, pues hasta donde conocíamos el organismo solo emite dos tipos de conductas observables, medibles y producibles o controlables, dadas por el tipo de condicionamiento que reciben los organismos, son estas refleja o respondiente y operante o instrumental, caracterizadas ambas por responder al medio ambiente la primera y accionar hacia el medio la segunda. Sin embargo analizando estas conductas emitidas por los organismos, hemos de reconsiderar la respuesta de nuestra alumna, para evaluar nuevamente la teoría de que solo dos tipos conductas manifiestan los individuos. Por tanto, pasamos a describir las conductas desde una perspectiva diferente, desde la cual encontramos que en realidad existe una tercera conducta.
Presentamos las tres respuestas para mostrar las diferencias y las principales características que se advierten en cada una de ellas, cuando son accionadas por el sujeto.
Presentamos las tres respuestas para mostrar las diferencias y las principales características que se advierten en cada una de ellas, cuando son accionadas por el sujeto.
a) La conducta refleja o respondiente es emitida por el sujeto hacia el ambiente. Pero como ya sabemos será necesario presentar al organismo un estímulo evocador para que se manifieste. Es una conducta que aflora desde el sujeto hacia exterior, pero necesita ser provocada. Para que una determinada respuesta refleja se manifieste, se hace necesario escoger el estímulo evocador adecuado y así obtener la respuesta que se busca producir en el sujeto provocando intencionalmente su reacción. Por ejemplo, en el experimento de Pavlov, la presentación del alimento al perro hambriento hace que se manifieste la respuesta de salivación. También aflorará la respuesta refleja, cuando sin intención o casualmente aparezca ante el individuo el evento ambiental provocador de la misma.
Veamos otros ejemplos de carácter sistemático y medio ambiental:
Veamos otros ejemplos de carácter sistemático y medio ambiental:
Intencional o sistemático:
"El doctor pega con el martillo ortopédico en la rodilla del paciente y este levanta su pierna".
"Las pupilas del paciente se contraen cuando el doctor aplica en ellas la luz de la linterna".
En ambos ejemplos las respuestas reflejas visibles, observables y medibles fueron provocadas de manera intencional o sistemática por el medio ambiente (el doctor) quien se constituye en manipulador de ese ambiente cuando acciona con el martillo y la linterna sobre la rótula y pupila del paciente, manifestando con ello una situación de interacción sujeto-sujeto.
"El doctor pega con el martillo ortopédico en la rodilla del paciente y este levanta su pierna".
"Las pupilas del paciente se contraen cuando el doctor aplica en ellas la luz de la linterna".
En ambos ejemplos las respuestas reflejas visibles, observables y medibles fueron provocadas de manera intencional o sistemática por el medio ambiente (el doctor) quien se constituye en manipulador de ese ambiente cuando acciona con el martillo y la linterna sobre la rótula y pupila del paciente, manifestando con ello una situación de interacción sujeto-sujeto.
Desde el medio ambiente:
"Este frío tan intenso hace que Lily muestre temblores".
"El viento fuerte levanta una polvareda haciendo que Lily cierre los ojos".
En cada caso, estos eventos fortuitos del medio ambiente (el frio y el viento fuerte) liberan suficiente energía en el organismo, para hacerle reaccionar con respuestas visibles, observables y medibles. Son estímulos evocadores de las respuestas reflejas (temblores, cierra los ojos) en una situación ambiente-sujeto.
Se observa en cada caso que las respuestas reflejas o respondientes son involuntarias, el organismo provocado no puede evitarlas, por lo cual siempre que se presenten los estímulos que las evocan, ellas se manifestarán, esto hace que su tasa de ocurrencia sea altamente predecible. Siempre que el sujeto se encuentre bajo las condiciones apropiadas para responder al estímulo específico de cada respuesta particular, será fácil de repetir y cuantificar. Esta característica hace que su tasa de ocurrencia sea predecible.
b) Veamos ahora la respuesta operante o instrumental, que contrario a las Reflejas o Respondientes son voluntarias. El sujeto manifiesta esta conducta a voluntad, por lo que no hay estímulo evocador aparente para hacer que se manifieste ninguna operante. El único estímulo capaz de hacer que se manifieste una operante es el Discriminativo o controlador de una respuesta particular. El poder de este estímulo que pertenece al grupo de los evocadores por su característica de aparecer previo a la conducta, se hará posible solo a voluntad del sujeto cuya conducta controla. Es el mismo sujeto quien asume este estímulo como controlador de su respuesta luego de un condicionamiento, por tanto, solo si el sujeto lo advierte y decide ir tras el estímulo para acercarse a su respuesta final, su control funcionará. Veamos ejemplos que muestran esta característica:
"Carola está sentada leyendo, escucha el teléfono sonar pero no contesta".
"El conductor guia su auto y no lo detiene frente al semáforo en rojo".
"El perro no corre a la cocina cuando suena la funda con su alimento".
En cada uno de estos ejemplos, los sujetos en cuestión ya están condicionados para dar respuestas a cada uno de estos estímulos controladores de sus respuestas, el sonido del teléfono, la luz roja del semáforo y el sonido de la funda con el alimento, pero no lo hicieron. Esta característica de la repuesta operante donde el sujeto responde voluntariamente, no permite establecer con acierto su tasa de ocurrencia, por lo que estará sujeta a la probabilidad es decir que los ejemplos expuestos Carola, el conductor y el perro pudieron responder de forma diferente tomando la llamada, deteniendo el auto y corriendo a comer. La manifestación de una conducta operante frente a su estímulo controlador será altamente probable pero no asegura su ocurrencia. Esto cual no permite predecir su ocurrencia cayendo la misma en una relación probabilística.
Sin embargo, cuando analizamos la conducta operante tratando de encontrar las causas de su ocurrencia, hemos llegado a la conclusión, de que el reforzamiento que recibe a través del condicionamiento es lo que hace que se manifieste como una repetición a partir de la primera vez en que fue reforzada al comienzo de la experiencia o sesión de entrenamiento. Entonces decimos que cuando una operante se manifiesta es porque ya está condicionada. Pero la pregunta siempre queda, si no existe un estímulo previo observable, medible y producible que provoque a una respuesta operante ¿qué es lo que inicialmente hace que un sujeto manifieste conducta operante?
Profundizando aun más en la búsqueda de la real causa que provoca una operante sin que todavía se haya condicionado y aún después del proceso de condicionamiento, hemos encontrado que la causa real de su manifestación hacia el ambiente, es otro tipo respuesta interna del mismo organismo y que llamaremos tercera respuesta si la sumamos a las dos anteriores Respondientes y Operante.
c) Esta tercera respuesta, que algunos teóricos nombran como estímulos innatos sin que realmente sean estímulos, aunque son estimulantes en realidad son respuestas internas del organismo, son la causa real que dan inicio a una operante. Estas respuestas en sus efectos sobre el organismo, son iguales a los estímulos llamados liberadores (incondicionados o evocadores) que se encuentran en el medio ambiente y, al igual que estos liberan suficiente energía desde el interior del cuerpo hacia el exterior provocando en los individuos la manifestación de una conducta observable, en este caso la conducta operante.
Estas respuestas que hemos llamado liberadoras, por sus efectos parecidos a los estímulos liberadores (evocadores e incondicionados) pasan a ser controladoras de las conductas operantes, es decir que cuando se manifiestan en el interior del organismo hacen exactamente el mismo efecto o papel de doble función que un estímulo Discriminativo, ya que se presentan como controladora y reforzador condicionado de la respuesta que le sigue, en una cadena de estímulos y respuestas, para mantener unida la cadena.
La respuesta liberadora provoca en el sujeto una cadena de estímulos y respuestas, haciendo el papel de estímulo discriminativo y reforzador condicionado a la vez, hasta que el sujeto consiga la respuesta final. Veamos el ejemplo:
"Mila exclama: !que hambre tengo! y acto seguido va a la cocina destapa la olla, toma el plato, sirve la sopa y come".
Puede usted apreciar la cadena de respuestas y estímulos llevadas a cabo por el sujeto Mila, pero no se advierte en ningún momento un estímulo visible provocador de la misma, pero sí tenemos una conducta de característica audible en la exclamación "que hambre tengo". Como ya sabemos las características de la conducta implica que puede ser hablada, escuchada y pensada, por lo que en el ejemplo expuesto pudimos escuchar a Mila decir que tiene hambre.
El hambre es una respuesta fisiológica interna de los organismos, se constituye en el impulso inicial que libera suficiente energía para llevar al sujeto que la siente a operar cualquier conducta que le lleve a satisfacer esa necesidad. Es una respuesta liberadora o controladora de todas las operantes que manifiesta el individuo en busca de alimentos para satisfacer su necesidad de comer.
Este tipo de respuesta interna o fisiológica, está más relacionada con la biología y comportamiento, guardando una relación directa con la motivación de los individuos para manifestar las operantes que lo llevarán hacer todo lo posible en pos de satisfacer las necesidades que desde su sistema interno lo impulsa hacia el medio ambiente en busca de los elementos propios de cada necesidad homeostástica y conservación de las especies como son el hambre, la sed y el sexo.
Entonces proponemos que los organismos manifiestan tres tipos de respuestas: operante, refleja y liberadora, cuyas características mostramos a continuación:
1. Operante o instrumental: es voluntaria, observable, medible y producible. No depende del ambiente, es el individuo quien opera sobre el ambiente y dependiendo de sus consecuencias se modifica o se altera.
2. Refleja o respondiente: es involuntaria, observable y producible. Depende del ambiente, para manifestarse, es el medio ambiente el provocador de la misma.
3. Liberadora de energía o controladora: es involuntaria, emocional o interna, no observable, es producible y controlable, provocadora de respuestas operantes, está sujeta al individuo, cuya conducta externa del tipo operante controla, por lo que es una respuesta interna controladora de conductas externas.
Para mayor edificación sobre este tema, acceder y leer ESTÍMULOS LIBERADORES Y RESPUESTAS LIBERADORES.
Gracias por participar en nuestro blog. No olvides dejar tu comentario. FLAVIA PEGUERO.
Propiedad de Flavia Peguero, protegida legalmente por ley 65-00 del derecho de autor avalada por acuerdos internacionales.
"Este frío tan intenso hace que Lily muestre temblores".
"El viento fuerte levanta una polvareda haciendo que Lily cierre los ojos".
En cada caso, estos eventos fortuitos del medio ambiente (el frio y el viento fuerte) liberan suficiente energía en el organismo, para hacerle reaccionar con respuestas visibles, observables y medibles. Son estímulos evocadores de las respuestas reflejas (temblores, cierra los ojos) en una situación ambiente-sujeto.
Se observa en cada caso que las respuestas reflejas o respondientes son involuntarias, el organismo provocado no puede evitarlas, por lo cual siempre que se presenten los estímulos que las evocan, ellas se manifestarán, esto hace que su tasa de ocurrencia sea altamente predecible. Siempre que el sujeto se encuentre bajo las condiciones apropiadas para responder al estímulo específico de cada respuesta particular, será fácil de repetir y cuantificar. Esta característica hace que su tasa de ocurrencia sea predecible.
b) Veamos ahora la respuesta operante o instrumental, que contrario a las Reflejas o Respondientes son voluntarias. El sujeto manifiesta esta conducta a voluntad, por lo que no hay estímulo evocador aparente para hacer que se manifieste ninguna operante. El único estímulo capaz de hacer que se manifieste una operante es el Discriminativo o controlador de una respuesta particular. El poder de este estímulo que pertenece al grupo de los evocadores por su característica de aparecer previo a la conducta, se hará posible solo a voluntad del sujeto cuya conducta controla. Es el mismo sujeto quien asume este estímulo como controlador de su respuesta luego de un condicionamiento, por tanto, solo si el sujeto lo advierte y decide ir tras el estímulo para acercarse a su respuesta final, su control funcionará. Veamos ejemplos que muestran esta característica:
"Carola está sentada leyendo, escucha el teléfono sonar pero no contesta".
"El conductor guia su auto y no lo detiene frente al semáforo en rojo".
"El perro no corre a la cocina cuando suena la funda con su alimento".
En cada uno de estos ejemplos, los sujetos en cuestión ya están condicionados para dar respuestas a cada uno de estos estímulos controladores de sus respuestas, el sonido del teléfono, la luz roja del semáforo y el sonido de la funda con el alimento, pero no lo hicieron. Esta característica de la repuesta operante donde el sujeto responde voluntariamente, no permite establecer con acierto su tasa de ocurrencia, por lo que estará sujeta a la probabilidad es decir que los ejemplos expuestos Carola, el conductor y el perro pudieron responder de forma diferente tomando la llamada, deteniendo el auto y corriendo a comer. La manifestación de una conducta operante frente a su estímulo controlador será altamente probable pero no asegura su ocurrencia. Esto cual no permite predecir su ocurrencia cayendo la misma en una relación probabilística.
Sin embargo, cuando analizamos la conducta operante tratando de encontrar las causas de su ocurrencia, hemos llegado a la conclusión, de que el reforzamiento que recibe a través del condicionamiento es lo que hace que se manifieste como una repetición a partir de la primera vez en que fue reforzada al comienzo de la experiencia o sesión de entrenamiento. Entonces decimos que cuando una operante se manifiesta es porque ya está condicionada. Pero la pregunta siempre queda, si no existe un estímulo previo observable, medible y producible que provoque a una respuesta operante ¿qué es lo que inicialmente hace que un sujeto manifieste conducta operante?
Profundizando aun más en la búsqueda de la real causa que provoca una operante sin que todavía se haya condicionado y aún después del proceso de condicionamiento, hemos encontrado que la causa real de su manifestación hacia el ambiente, es otro tipo respuesta interna del mismo organismo y que llamaremos tercera respuesta si la sumamos a las dos anteriores Respondientes y Operante.
c) Esta tercera respuesta, que algunos teóricos nombran como estímulos innatos sin que realmente sean estímulos, aunque son estimulantes en realidad son respuestas internas del organismo, son la causa real que dan inicio a una operante. Estas respuestas en sus efectos sobre el organismo, son iguales a los estímulos llamados liberadores (incondicionados o evocadores) que se encuentran en el medio ambiente y, al igual que estos liberan suficiente energía desde el interior del cuerpo hacia el exterior provocando en los individuos la manifestación de una conducta observable, en este caso la conducta operante.
Estas respuestas que hemos llamado liberadoras, por sus efectos parecidos a los estímulos liberadores (evocadores e incondicionados) pasan a ser controladoras de las conductas operantes, es decir que cuando se manifiestan en el interior del organismo hacen exactamente el mismo efecto o papel de doble función que un estímulo Discriminativo, ya que se presentan como controladora y reforzador condicionado de la respuesta que le sigue, en una cadena de estímulos y respuestas, para mantener unida la cadena.
La respuesta liberadora provoca en el sujeto una cadena de estímulos y respuestas, haciendo el papel de estímulo discriminativo y reforzador condicionado a la vez, hasta que el sujeto consiga la respuesta final. Veamos el ejemplo:
"Mila exclama: !que hambre tengo! y acto seguido va a la cocina destapa la olla, toma el plato, sirve la sopa y come".
Puede usted apreciar la cadena de respuestas y estímulos llevadas a cabo por el sujeto Mila, pero no se advierte en ningún momento un estímulo visible provocador de la misma, pero sí tenemos una conducta de característica audible en la exclamación "que hambre tengo". Como ya sabemos las características de la conducta implica que puede ser hablada, escuchada y pensada, por lo que en el ejemplo expuesto pudimos escuchar a Mila decir que tiene hambre.
El hambre es una respuesta fisiológica interna de los organismos, se constituye en el impulso inicial que libera suficiente energía para llevar al sujeto que la siente a operar cualquier conducta que le lleve a satisfacer esa necesidad. Es una respuesta liberadora o controladora de todas las operantes que manifiesta el individuo en busca de alimentos para satisfacer su necesidad de comer.
Este tipo de respuesta interna o fisiológica, está más relacionada con la biología y comportamiento, guardando una relación directa con la motivación de los individuos para manifestar las operantes que lo llevarán hacer todo lo posible en pos de satisfacer las necesidades que desde su sistema interno lo impulsa hacia el medio ambiente en busca de los elementos propios de cada necesidad homeostástica y conservación de las especies como son el hambre, la sed y el sexo.
Entonces proponemos que los organismos manifiestan tres tipos de respuestas: operante, refleja y liberadora, cuyas características mostramos a continuación:
1. Operante o instrumental: es voluntaria, observable, medible y producible. No depende del ambiente, es el individuo quien opera sobre el ambiente y dependiendo de sus consecuencias se modifica o se altera.
2. Refleja o respondiente: es involuntaria, observable y producible. Depende del ambiente, para manifestarse, es el medio ambiente el provocador de la misma.
3. Liberadora de energía o controladora: es involuntaria, emocional o interna, no observable, es producible y controlable, provocadora de respuestas operantes, está sujeta al individuo, cuya conducta externa del tipo operante controla, por lo que es una respuesta interna controladora de conductas externas.
Para mayor edificación sobre este tema, acceder y leer ESTÍMULOS LIBERADORES Y RESPUESTAS LIBERADORES.
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