Los estímulos liberadores, llamados así por constituirse en liberadores de energía para el organismo, son el tema a tratar aquí para presentar un nuevo elemento en el conocimiento que deriva de los condicionamientos. Muy propiamente estamos hablando de los estímulos incondicionados o evocadores de respuestas en los individuos sin que estos hayan tenido una experiencia previa con ellos, sin embargo estaremos enfocados hacia las respuestas incondicionadas o fisiológicas del organismo ante las necesidades que mantienen la homeostásis del sistema, por entender que este tipo de respuestas internas, y externadas por los individuos se convierten en impulsos provocadores de respuestas operantes. El hambre, la sed, deseo sexual, el dolor, el miedo etc. liberan la energía suficiente para que un sujeto haga las diligencias necesarias manifestando respuestas operantes que le ayudan a suplir esas necesidades o acomodar su situación.
Estas respuestas orgánicas son las responsables de la motivación o impulso interno del individuo para sobrevivir al medio ambiente, se suman a éste o lo modifican para su bienestar.
Cuando tratamos de saber cómo funciona una respuesta operante, preguntando ¿qué la provoca?
Sabemos según las características de las operantes, que no existe estímulo previo aparente para este tipo de respuestas, por lo que deberemos salir del criterio conductista para averiguarlo, ya que bajo este marco teórico las respuestas en términos de deseos no se aceptan, por cuanto el mismo exige la observación real y directa de la conducta para su análisis experimental. Entonces hemos de entrar en el psicoanálisis, que nos explica la conducta en términos de lo que siente el individuo, sus sentimientos.
Es aquí donde entran lo que yo llamo respuestas liberadoras o incondicionadas, que al manifestarse de adentro hacia afuera del organismo, comparten la doble función según mi criterio de ser respuestas y estímulos al mismo tiempo, donde el organismo emite una respuesta, provocada a su vez por la necesidad interna, que no ha sido suplida por el ambiente externo al sujeto, o por el sujeto mismo desde su propio ambiente. Veamos un ejemplo para una mejor comprensión la hipótesis expuesta:
"Javier llega a la casa exclamando !que sed tan grande tengo! y encamina rápidamente sus pasos hacia el refigerador, del cual abre la puerta, toma la botella de agua, la destapa y bebe con avidez".
Puede observar que todas las respuestas emitida por Javier son operantes, formando una cadena de estímulos y respuestas fácilmente observables, que se pueden medir y reproducir:
1. llega a la casa
2. exclama !que sed tan grande tengo!
3. camina hacia el refigerador
4. abre la puerta
5. toma la botella
6. la destapa
7. bebe con avidez
Después de esto, si preguntamos ¿cuál es el estímulo inicial de esta cadena de estímulos y respuesta, partiendo de su llegada a la casa? no tenemos forma de decir que fue observado para ser identificado como factor desencadenante de esa serie de respuestas operantes, sin embargo, si examinamos cada una de las unidades de respuestas llevadas a cabo por Javier, la No. 2 es la que nos da la información que buscamos: "Javier tiene sed", el mismo proporciona la información. En caso de que no lo hubiera expresado ¿cómo podríamos saberlo? solo preguntando a él, o arriesgarse a suponerlo, algo que no es correcto dentro de un análisis conductista en dicha situación. El hecho de que Javier manifieste que tiene sed, explica que la conducta es fisiológica, el "siente sed", viene de dentro de él, es una necesidad interna que le lleva a operar respuestas en busca del estímulo que satisface esa necesidad. Entonces "la sed" que en realidad es una emoción o respuesta interna de su organismo ante la falta de ese elemento, también está funcionando como estímulo que provoca la respuesta operante de "ir al refigerador".
Hasta el momento, todos las opiniones al respecto refieren que una respuesta es solo eso "una respuesta", por tanto no puede ser un estímulo. Igualmente en las cadenas de estímulos y respuestas, solo el estímulo discriminativo asume doble función, la que le es propia y al mismo tiempo la de reforzador condicionado para mantener unida la cadena. Sin embargo ha sido fácil establecer aquí la doble función de una respuesta fisiológica que propicia la ejecución de una respuesta operante.
Entonces es lógico asumir que una respuesta fisiológica pasa asumir la función de un estímulo liberador, pues igual que los estímulos evocadores incondicionados del medio ambiente liberan energía refleja del organismo provocando las respuestas respondientes, estas respuestas liberan suficiente energía en el organismo como para provocar conductas operantes.
Observar a un sujeto manifestando una determinada respuesta operante no nos garantiza saber los sentimientos que acompañan esa conducta, esto solo es del dominio del sujeto, pero una cosa es cierta, "una respuesta interna está haciendo las veces de estímulo incondicionado que impulsa o evoca esa conducta".
Gracias por participar de nuestro blog, no olvides dejar tu comentario. FLAVIA PEGUERO.
Cuando tratamos de saber cómo funciona una respuesta operante, preguntando ¿qué la provoca?
Sabemos según las características de las operantes, que no existe estímulo previo aparente para este tipo de respuestas, por lo que deberemos salir del criterio conductista para averiguarlo, ya que bajo este marco teórico las respuestas en términos de deseos no se aceptan, por cuanto el mismo exige la observación real y directa de la conducta para su análisis experimental. Entonces hemos de entrar en el psicoanálisis, que nos explica la conducta en términos de lo que siente el individuo, sus sentimientos.
Es aquí donde entran lo que yo llamo respuestas liberadoras o incondicionadas, que al manifestarse de adentro hacia afuera del organismo, comparten la doble función según mi criterio de ser respuestas y estímulos al mismo tiempo, donde el organismo emite una respuesta, provocada a su vez por la necesidad interna, que no ha sido suplida por el ambiente externo al sujeto, o por el sujeto mismo desde su propio ambiente. Veamos un ejemplo para una mejor comprensión la hipótesis expuesta:
"Javier llega a la casa exclamando !que sed tan grande tengo! y encamina rápidamente sus pasos hacia el refigerador, del cual abre la puerta, toma la botella de agua, la destapa y bebe con avidez".
Puede observar que todas las respuestas emitida por Javier son operantes, formando una cadena de estímulos y respuestas fácilmente observables, que se pueden medir y reproducir:
1. llega a la casa
2. exclama !que sed tan grande tengo!
3. camina hacia el refigerador
4. abre la puerta
5. toma la botella
6. la destapa
7. bebe con avidez
Después de esto, si preguntamos ¿cuál es el estímulo inicial de esta cadena de estímulos y respuesta, partiendo de su llegada a la casa? no tenemos forma de decir que fue observado para ser identificado como factor desencadenante de esa serie de respuestas operantes, sin embargo, si examinamos cada una de las unidades de respuestas llevadas a cabo por Javier, la No. 2 es la que nos da la información que buscamos: "Javier tiene sed", el mismo proporciona la información. En caso de que no lo hubiera expresado ¿cómo podríamos saberlo? solo preguntando a él, o arriesgarse a suponerlo, algo que no es correcto dentro de un análisis conductista en dicha situación. El hecho de que Javier manifieste que tiene sed, explica que la conducta es fisiológica, el "siente sed", viene de dentro de él, es una necesidad interna que le lleva a operar respuestas en busca del estímulo que satisface esa necesidad. Entonces "la sed" que en realidad es una emoción o respuesta interna de su organismo ante la falta de ese elemento, también está funcionando como estímulo que provoca la respuesta operante de "ir al refigerador".
Hasta el momento, todos las opiniones al respecto refieren que una respuesta es solo eso "una respuesta", por tanto no puede ser un estímulo. Igualmente en las cadenas de estímulos y respuestas, solo el estímulo discriminativo asume doble función, la que le es propia y al mismo tiempo la de reforzador condicionado para mantener unida la cadena. Sin embargo ha sido fácil establecer aquí la doble función de una respuesta fisiológica que propicia la ejecución de una respuesta operante.
Entonces es lógico asumir que una respuesta fisiológica pasa asumir la función de un estímulo liberador, pues igual que los estímulos evocadores incondicionados del medio ambiente liberan energía refleja del organismo provocando las respuestas respondientes, estas respuestas liberan suficiente energía en el organismo como para provocar conductas operantes.
Observar a un sujeto manifestando una determinada respuesta operante no nos garantiza saber los sentimientos que acompañan esa conducta, esto solo es del dominio del sujeto, pero una cosa es cierta, "una respuesta interna está haciendo las veces de estímulo incondicionado que impulsa o evoca esa conducta".
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