La depresión es una enfermedad emocional que como cualquier otra de categoría catastrófica, mata si no se recibe ayuda a tiempo, pues de igual forma que una de éstas deteriora al paciente, con la agravante de que es el mismo paciente quien se autodestruye, llegando hasta el suicidio.
Recientemente el supuesto suicidio luego de desaparecer de una jóven profesional, da al traste con la aparente tranquilidad y jovialidad que manejaba en su entorno de trabajo, de amigos y familiares. Esto ha colocado en la palestra el tema para su discusión, con el objetivo sacar conclusiones que deriven en la educación y prevención del problema que ocaciona esta enfermedad a nivel individual y social.
La depresión, considerada anteriormente como un simple trastorno emocional, pues la medicina no le dio su sentido actual hasta hace muy poco, confiriendole el estatus de enfermedad bien definida y sin asimilarla a la melancolía (Hipócrates siglo V a.C) que en lenguaje médico es una depresión grave, es una enfermedad muy frecuente, y afecta a unos cien millones de personas en el mundo.
La depresión en la actualidad está muy mediatizada, pero no es una enfermedad de los tiempos modernos, parece estar de moda porque:
- Es una enfermedad que cada vez conocen mejor los pacientes y los médicos, por lo que se identifica más a menudo en sus formas ligeras o engañosas.
- Desenmascarar la depresión, así como proporcionar una mayor información ante la demanda de ayuda de los deprimidos, puede aumentar la esperanza de vida, de la población a menudo enfrentada a problemas sociales, aislamiento afectivo o enfermedades crónicas que se acompañan de reacciones depresivas.
Quiénes están deprimidos? No existen criterios específicos que permitan describir el perfil del deprimido, y por consiguiente, los caracteres llamados fuertes no estan menos expuestos que los débiles. Sin embargo entre los deprimidos se hallan con frecuencia hombres y mujeres de mediana edad, adolescentes, con antecedentes familiares depresivos que se combinan con momentos de impacto emocional en la vida del sujeto. El criterio ambiguo y por demás superficial de que la depresión es un lujo que solo los ricos se pueden dar, no tiene asidero, ya que sin impotar raza, nivel económico y social la depresión ha pasado a ser una enfermedad que puede afectar a cualquier persona.
Cómo reconocer a un deprimido? cada uno de nosotros está en riesgo de enfrentarse a un deprimido o serlo él mismo, por eso es muy impotante conocer los signos premonitorios de la depresión, sin embargo no se debe confundir con una simple tristeza, porque esta es inherente a la depresión. Ha de tomarse en cuenta otros elementos. Este diagnóstico a veces es difícil, pero de gran interés para que ese penoso estado no se adueñe ni del enfermo ni de su ambiente. Existen criterios que cada uno puede realizar, para otros y sobre todo para sí mismo ante la persistencia de los síntomas depresivos, observando estos por lo menos durante dos semanas.
Síntomas caractrerísticos de la depresión. Enumeramos aqui los más frecuentes y visibles:
- La apariencia del deprimido evoca un personaje en cámara lenta: rostro fijo, sonrisa o mímica, lento caminar, voz baja y monótona, ideas escasas y centradas sobre temas dolorosos.
- Tristeza: anormal por su intensidad y duración. Cavila ideas negativas, sentimientos nostálgicos, desinterés y pesimismo profundo.
- Lentitud psíquica: concentración difícil y mala memoria, pensamiento bloqueado.
- La fatiga: física y mental, con trastornos cardiovasculares. Es el síntoma que le lleva con frecuencia al médico.
- La ansiedad: miedo sin objeto. Sensación de angustia y temor sin justificación
- Modificaciones del carácter: advertidas por el entorno.
- Trastornos digestivos: son frecuentes pero poco específicos.
- Los dolores: son auténticos aunque no corresponden a la lesión objetiva de un órgano, aunque expresan el sufrimiento moral que se experimenta.
- Trastornos sexuales: inhibición del deseo sexual con desinterés global.
- El delirio: puede interpretarse como un mecanismo de defensa contra una angustia intensa (y en concreto angustia de muerte). (Ver ampliados los síntomas en "La depresión en adolescentes...invest. de Flavia peguero...Univ. O&M, Sto DGO, R.D.,1994).
Las manifestaciones ya mencionadas, pueden variar de acuerdo a la edad, el sexo y factores individuales o sociales que involucran las interacciones del sujeto con su ambiente.
El diagnóstico de la depresión se realiza ante la presencia de los diversos signos y síntomas detallados anteriormente que, tomados aisladamente, no son específicos de la depresión. Su asociación es lo que conlleva una modificación del estado habitual y una ruptura en el ritmo de vida del individuo. Es importante reconocer este decaimiento moral para reconocer la depresión y, en particular la propia depresión. No obstante, sus límites son a veces imprecisos, pues la depresión puede estar vinculada a un proceso de ansiedad, una enfermedad física, otro trastorno psíquico, un fallecimiento...
El diagnóstico puede ser excesivo en individuos tímidos o a la inversa, a veces no se percibe una depresión a causa de los equivalentes depresivos o por tratarse de una depresión oculta o sonriente.
El equivalente depresivo es una depresión auténtica, pero se oculta tras un solo síntoma que capta toda la atención. Entre los equivalentes depresivos, ciertas conductas como el alcoholismo o toxicomanía se relacionan a veces con la depresión, pues el abuso de drogas o medicamentos son eventuales refugios para personas deprimidas, cuyos síntomas no hacen aparición en un primer plano. El problema depresivo de fondo se disimula mediante la ingestión de sustancias tóxicas.
La depresión oculta, refiere una depresión que se manifiesta mediante alteraciones físicas, como son las cafaleas, trastornos digestivos, dolores articulares o musculares, que relegan a un segundo plano las manifestaciones psíquicas (tristeza, pérdida de impulso vital...) Esto equivoca el diagnóstico en busca de una enfermedad orgánica. Los numerosos chequeos médicos no revelan nada anormal.
La depresión sonriente es una forma grave de depresión que puede pasar inadvertida, pues el sujeto deprimido presenta un rostro sonriente, un contacto fácil, un discurso más bien voluble, una apariencia normal, escondiendo el sufrimiento interno y no da la alerta.
Así pues, la depresión tiene varias facetas y se expresa con grandes variaciones interculturales e interindividuales y se instala en los individuos de diversas formas, unas extremadamente duras otras de maneras insidiosas. Para un mismo indivuduo, la hora de observación de los síntomas durante el día puede hacer que varíe su importancia, pues existen fluctuaciones con agravamiento de la depresión por la mañana y mejoría al final de la tarde.
Qué hacer ante un deprimido? Es lamentable, pero no hay una estrategia milagrosa para tratar a una depresión. Es preciso evaluar el contexto depresivo y el grado de colaboración y confianza del deprimido. En cuanto a la respuesta al tratamiento es variable.
La importancia del entorno. Hay errores que no se deben cometer, asi como líneas maestras de conducta que es necesario conocer si se quiere ayudar a un deprimido a salir de su estado. No se puede hacer un inventario de consejos, pero sí analizar lo fundamental de la conducta más adecuada y sobre todo la importancia del entorno del deprimido. Entre las trampas que hay que evitar, la más grave es infravalorar la depresión, y sobre todo, ignorar su principal peligro: el suicidio.
Apoyar al deprimido es indispensable, pero sostener también a los que les rodean resulta esencial, estos últimos deben asumir una actitud benévola y tolerante, para reanudar el diálogo. Nunca serán demasiado las veces que se señale el carácter nefasto de palabras como: "con todo lo que te da la vida, no tienes derecho a deprimirte"...o..."no te hace falta nada para ser feliz". El deprimido no está en condiciones para recibir reclamos, ya él mismo lo hecho consigo mismo, se juzgo y condenó culpable, por lo que busca la forma de autocastigarse, con una línea de pensamiento negativo de no merecimientos: "no sirvo para nada"...''No meresco vivir"... ve todas las puertas cerradas: "se acabó...no hay nada que hacer"...
A quién encomendar a un deprimido? el médico de cabecera es el más consultado, porque es a quien se conoce, y porque además, el deprimido va en busca de ayuda para los síntomas no para la depresión en si. Si el tratamiento de la depresión no está rigurosamente estandarizado, es porque no todo el mundo se desmorona de la misma manera, por tanto el médico a cargo podrá referir a los profesionales de la salud mental psiquiatras y psicólogos.
Donde tratar a un deprimido? puede ser tratado en su casa o en un hospital. Se trata de mantenerlos en su trabajo para preservarles un marco de actividades, evitando aislamiento. El tratamiento ambulatorio puede ser mas confortable, quedarse en casa le permite conservar las costumbres. en caso de persistencia (seis meses) y que exprese deseos de morir la hospitalización es de rigor.
Cómo tratar a un deprimido? lo esencial del tratamiento de una depresión se basa en un acompañamiento psicológico que permite reanudar la comunicación y al deprimido recuperar su sitio, así como un tratamiento antidepresor. El tratamiento de la causa de la depresión parece ser una evidencia, pero las causas son difíciles de determinar con certeza y las soluciones adoptadas pueden nacesitar procedimientos largos para reestruturar el modo de vida.
El tratamiento psicológico, da una importancia fundamental al entorno, el cual debe apoyar al deprimido dándole confianza en sus posibilidades potenciales, en el momento inoperantes a causa del estado depresivo.
Las Psicoterapias o tratamientos por métodos psíquicos, intentan ayudar al individuo a que tome conciencia de los mecanismos psicológicos que alientan o llevan a la depresión. No son una alternativa a los medicamentos, son complementarias. Una fase grave o aguda de la depresión se trabaja conjuntamente con el psiquiatra quien se ocupa de medicar al paciente con el tratamiento biológico, electrochoque, fototerapia, entrando en las psicoterapias fuera de la fase aguda, las cuales serán de apoyo, analíticas y cognitvo-comportamentales.
El suicidio el mayor riesgo de la depresión. El suicidio, que consiste en darse muerte, puede ocurrir en diversos momentos de una depresión:
- al principio del tratamiento con antidepresivos, cuando el deprimido está todavía triste pero menos inhibido y por eso pasa con más facilidad a la acción.
- durante un largo período depresivo en que la situación parece desesperada y el deprimido ya no encuentra motivos para vivir, y desafiando el instinto de supervivencia, premedita su muerte.
- durante una crisis de angustia
- durante una situación conflictiva, como modo de chantage.
- después de una tentativa de suicidio fallida. Todo intento de muerte en un deprimido, debe ser tomado en cuenta, pues de un 15% que lo halla intentado, 10% mueren posteriormente por la misma causa.
Ante un deprimido el riesgo de suicidio es difícil de medir. Verios elementos entran en juego:
- la expresión de ideas suicidas. Mas de la mitad de los suicidas habían expresado deso de morir.
- la intensidad de la depresión. Por ejemplo: como causa de una enfermedad incurable, donde el abandono voluntario del tratamiento conociendo las consecuencias de tal acción, son indicativo del deseo de morir o aceptación de la muerte, si no hay impedimento para continuar o asumir dicho tratamiento.
- la calidad del entorno y su capacidad de apoyo, comprensión y control.
- los antecedentes personales y familiares, son un indice de gravedad.
Si su llamada de socorro no es oída, ante el terrible aislamiento, la autodestrucción le parece la única salida ante el sufrimiento moral y sentimiento de culpa. Considera su muerte como la única salida digna, ante el fracaso que experimenta.
El estado depresivo, puede desencadenar en el sujeto varias vias de canalización, que finalmente lo lleva a atentar contra su vida.
1. Se observa en el deprimido una tristeza con dolor moral, con sentimiento de culpa mas o menos importante y una anulación física y motora que constituyen un núcleo central. En este caso las probabilidades de sobrevivir son mayores, pues la falta de fuerza, hace que el sujeto asuma una línea de pensamiento negativo, "ya no puedo más" y haga los intentos de suicidio con mecanismos de tiempo o alertas, para recibir ayuda, pues dan señales de socorro con acciones visibles para llamar la atención. "tomé veneno, pero yo sabía que no era suficiente, realmente no quiero morir, pero no puedo mas, estoy cansado, nadie sabe ni entendería lo que me pasa". Joven de 18 años de edad, con tendencia homosexual (caso archivo de consulta de Licda Flavia peguero).
2. En otros casos, el sujeto puede experimentar frustración que combinada con el sentimiento de culpa, desemboca en actitud de venganza contra la fuente de su desdicha, atentando contra su propia vida. La ansiedad y rabia acumulados por el impacto emocional de la traición, sumisión y aceptación de la culpa, pretende castigar castigandose a sí mismo, llevando a cabo autoviolencia. En estos casos el ambiente responsable según el depresivo, pagará con la culpa eterna el sufrimiento ocacionado, dejando testamento acusador. Las probabilidades de sobrevivir son también altas, pues en la mayor parte de los casos buscan llamar la atención: "usted lo ve ahí disque preocupado...él sabe que es culpable, por eso ahora corre con miedo... si yo hablo, lo que escribí en la carta...pero ya me cansé". La esposa de 52 años de edad, que descubrió que el marido tenía una amante jóven (caso archivo de consulta de la Licda Flavia Peguero).
3. El individuo que no da señales, pues los síntomas pueden ir acompañados por signos que aparentemente serán normales o propios de la condición del mismo, por ejemplo, un sujeto que trabaja hasta el cansancio mostrará un agotamiento explicable, dormir excesivamente y no comer, también será considerado normal..."no quiero comer, tengo más sueño que hambre"..."no quiero hablar con nadie...estoy cansado"...en estos casos, el paciente vive lo que es una vida normal ante el entorno, por lo que cuando toman la decisión de suicidarse, sorprenden. Generalmente tienen éxito, y procuran morir como viven solos con sus pensamientos y decisiones, eso impide que esten al alcance de quien pudiera ayudarlos, ya que nadie espera como resultado de una conducta aparentemente normal tal desenlace.
La Prevención se encamina a reducir los casos de depresión mejorando la calidad de vida, disminuir la duración de su evolución, así como la observancia del tratamiento es indispensable, ya que puede tratarse eficazmente.
El diagnóstico de la depresión, se asienta en un conjunto de manifestaciones que rompen con el funcionamiento habitual, y que conllevan una ruptura de la comunicación con el mundo exterior. El deprimido se repliega sobre sí mismo y obtiene desde su aislamiento una visión falsa de sí y de lo que le rodea. Esta enfermedad es desvastadora, el deprimido acaba por agotar a quienes le rodean, se hace sospechoso de hacer chantaje o teatro y el principal peligro es el suicidio, que es irreversible.
"El fenómeno solo existe si tiene una causa"( Aristoteles). La depresión es pues, el resultado de diversas causas entre las que se pueden citar el aspecto biológico, los traumas exteriores y la vulnerabilidad del momento.
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Referencias: La depresión en adolescentes de 13 a 19 años de edad... Investigación de Flavia Peguero & T. García, para Univ. O&M, 1994.